DESHILACHADOS

Van a cumplirse siete meses desde que Julio López, testigo en el juicio al represor Miguel Etchecolatz, fue desaparecido por segunda vez —la primera vez había sido durante la dictadura militar— el día en que el tribunal daba a conocer la sentencia de aquél. Ya escribí un par de veces sobre el tema (acá y acá). Y, desde que López fue desaparecido, tengo un banner en Porteños en Ginebra vinculando a las noticias sobre el tema publicadas en medios de prensa argentinos. En los últimos tiempos, esas noticias son cada vez menos y aparecen en medios menos importantes. Así que estoy pensando cuál es el sentido de mantener el banner en el blog. Es como esos carteles que decían “No se olviden de Cabezas”; con el paso del tiempo, a causa de la lluvia y el sol, se fueron decolorando, deteriorando, haciendo hilachas. Que es lo que la impunidad le hace a un país: deshilacharle la dignidad y el futuro.

[Este post se expandió en Porteños... Sabrás disculpar la repetición.]